¿Cuándo y por qué deberíamos de ir al psicólogo? 

Ir al psicólogo esta a la orden del día y no es para menos en este mundo incierto. 

 No reparamos en escuchar nuestro cuerpo, sus emociones, sus sentimientos, el estrés, los ruidos mentales, ese run run que nos hace daño, la contaminación, que a lo largo de los años nos demuestra en achaques o enfermedades.

 Ir al psicólogo también puede ser beneficioso en una variedad de situaciones y por diferentes razones. Aquí hay algunas circunstancias en las que podría ser apropiado buscar ayuda profesional:

Problemas de salud mental: Si estás experimentando síntomas de trastornos mentales como ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos alimenticios, entre otros, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental.

Dificultades emocionales: Si estás lidiando con emociones abrumadoras, cambios de humor frecuentes, problemas de manejo del estrés o ira, o dificultades para regular tus emociones, un psicólogo puede ayudarte a comprender y manejar tus sentimientos de manera más saludable. Problemas de relaciones: Si estás experimentando dificultades en tus relaciones personales, como problemas de comunicación, conflictos frecuentes, dificultades para establecer límites saludables o patrones de relación poco saludables, la terapia puede proporcionarte herramientas para abordar estos problemas de manera efectiva.

Eventos traumáticos: Si has experimentado un trauma reciente o pasado, como abuso, violencia, accidentes graves o pérdidas significativas, un psicólogo puede ayudarte a procesar y superar el trauma.

Dificultades en la vida cotidiana: Si estás enfrentando desafíos en tu vida cotidiana que afectan tu funcionamiento, como problemas laborales o académicos, dificultades para tomar decisiones, insomnio, problemas de autoestima o falta de motivación, la terapia puede proporcionarte apoyo y orientación para abordar estos problemas.

Desarrollo personal: Incluso si no estás experimentando problemas específicos, la terapia puede ser beneficiosa para el crecimiento personal y el autoconocimiento. Un psicólogo puede ayudarte a explorar tus pensamientos, sentimientos y comportamientos, y a desarrollar estrategias para alcanzar tus metas y mejorar tu bienestar general.

En resumen, deberías considerar ir al psicólogo cuando sientas que estás experimentando dificultades emocionales, de comportamiento o relacionadas con tu salud mental que están afectando tu calidad de vida y funcionamiento diario. No hay una sola razón para buscar ayuda profesional, y la terapia puede ser beneficiosa para una amplia gama de problemas y situaciones.


LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS:

A base de tropezar he tenido que aprender a gestionarme emocionalmente como la mayoría de vosotros. He tenido que aprender a escucharme y preguntarme que me pasa y por que pasa. 

Y no ha sido de un día para otro, más bien cuando ya casi se olvida uno, se da cuenta que no estaba bien y estaba estresado o pasando una mala etapa. 

 

Como muchos he tenido que abrazar la ansiedad para saber que es, como el estrés te hace pasar de rosca cuando acaparas más de la cuenta y luego caes enferma o enfermo, y ni te detienes en  parar a recuperarte, hasta que el cuerpo se paraliza.

 Como entender que el dolor del cuerpo tiene que escapar a través del alma, y si lo ignoras va dejando huella o queda camuflado  bajo más capas de vivencias buenas o malas.

Al igual que tu he tenido que aprender a gestionarme, a no tapar el dolor y tapar los malos ratos. Ay que digerirlos  buscar lo que te haga sumar, y contar con profesionales para gestionarlo. 

Entender los síntomas y ponerles nombre e identificarlos, trabajar hacía dentro de ti es lo más sensato  para tu bienestar, pero eso  si estas depresivo o tienes ansiedad, estrés o eres adicto a algo, actúa con sensatez y ponte en manos de profesionales.

   


La  AUTOESTIMA

 La autoestima es la impresión de uno mismo que se va formando durante toda la vida, y se forma a través de sentimientos, emociones, experiencias, etc.

Beneficios de la autoestima:

-Nos ayuda a conocernos mejor y a aceptarnos mejor

-A atender mejor nuestras necesidades

-A crear una actitud positiva de nosotros mismos

-Mejora nuestras relaciones con los demás

- Nos permite buscar nuestra felicidad

La baja autoestima da lugar a problemas sociales, laborales, de salud...

 La baja autoestima se puede trabajar. ( Por ello es importante que si te notas alguno de estos síntomas acudas a un psicólogo o terapeuta.)

La autoestima nos dice que percepciones tenemos de nosotros mismos, si nos gusta o no nuestra autoimagen, como afrontamos también nuestro éxito o fracaso y como es nuestra actitud con los demás entre otras. Según nos percibamos a nosotros mismos podemos trabajar ciertos aspectos que no nos gusten.

 La autoestima se refiere a la valoración y percepción que una persona tiene de sí misma. Implica cómo nos vemos, nos sentimos y pensamos sobre nosotros mismos en relación con nuestras habilidades, características y logros. Una autoestima saludable implica sentirse valioso, competente y digno de amor y respeto, mientras que una autoestima baja puede llevar a sentimientos de inadecuación, duda de sí mismo y auto-crítica excesiva.

Aquí hay algunas estrategias para trabajar en la mejora de la autoestima:

Autoconocimiento: Toma tiempo para reflexionar sobre tus fortalezas, debilidades, intereses y valores. Conocerte a ti mismo es el primer paso para desarrollar una autoestima saludable.

Practica el autocuidado: Dedica tiempo a cuidar tu bienestar físico, emocional y mental. Esto puede incluir hábitos como dormir lo suficiente, comer de manera saludable, hacer ejercicio regularmente, practicar técnicas de relajación y buscar actividades que te hagan sentir bien.

Establece límites saludables: Aprende a decir "no" cuando sea necesario y establece límites claros en tus relaciones personales y profesionales. Respetar tus propias necesidades y limitaciones es fundamental para mantener una autoestima saludable.

Desafía tus pensamientos negativos: Presta atención a tu diálogo interno y desafía los pensamientos negativos y autocríticos. Practica la sustitución de pensamientos negativos por afirmaciones positivas y realistas sobre ti mismo.

Acepta tus imperfecciones: Reconoce que nadie es perfecto y que todos cometemos errores. Aprende a aceptar y perdonarte a ti mismo por tus imperfecciones y errores pasados.

Fomenta relaciones positivas: Rodéate de personas que te apoyen, te valoren y te animen a ser tu mejor versión. Las relaciones positivas pueden tener un impacto significativo en tu autoestima.

Busca ayuda profesional si es necesario: Si estás luchando con problemas de autoestima que afectan tu bienestar y funcionamiento diario, considera buscar ayuda de un terapeuta o consejero. La terapia puede proporcionarte el apoyo y las herramientas necesarias para mejorar tu autoestima y tu calidad de vida.

 Trabajar en la autoestima es un proceso continuo que requiere tiempo, esfuerzo y paciencia, pero es fundamental para cultivar una actitud positiva hacia uno mismo y desarrollar una vida plena y satisfactoria.

 


LA SOLEDAD

 la soledad es un estado mental, al igual que la depresión, la ansiedad o el miedo. A esto le llamamos soledad emocional, está vinculada a los sentimientos de incomprensión, tristeza e inseguridad.

 La soledad nos permite tener más tiempo para nosotros y en este caso es bastante interesante, es una oportunidad para descubrir nuestras inquietudes y un espacio para hacerlas crecer. 

Es interesante valorar muy bien como se siente uno, y ser proactivo, el humano es un ser social por naturaleza y no esta de más interactuar con los demás, relacionarse y compartir momentos. También aprendemos de ello.

 La soledad es un estado emocional que surge cuando una persona percibe que sus relaciones sociales no satisfacen sus necesidades de conexión y compañía. Es importante distinguir entre la soledad emocional, que es una sensación subjetiva de aislamiento y desconexión, y el aislamiento social, que se refiere a una falta objetiva de interacciones sociales. Aquí hay algunos aspectos importantes sobre la soledad:

Es una experiencia universal: Aunque puede sentirse de manera diferente para cada persona, la soledad es una experiencia común que puede afectar a personas de todas las edades, géneros y contextos sociales.

Puede ser temporal o crónica: La soledad puede ser una experiencia temporal que surge en respuesta a cambios en las circunstancias de vida, como mudarse a un lugar nuevo, perder a un ser querido o experimentar una ruptura en una relación. Sin embargo, también puede convertirse en un estado crónico si persiste durante un período prolongado de tiempo y no se aborda adecuadamente.

Impacto en la salud mental y física: La soledad puede tener efectos negativos en la salud mental y física. Puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión, la ansiedad y el estrés crónico, así como también puede contribuir a problemas de salud física como la hipertensión, la obesidad y el deterioro cognitivo.

Factores de riesgo y protección: La soledad puede estar asociada con una variedad de factores de riesgo, incluida la falta de relaciones sociales significativas, la falta de apoyo emocional, la pérdida de conexiones sociales debido a eventos de la vida y los cambios en la estructura familiar y comunitaria. Por otro lado, los factores de protección incluyen el apoyo social, las habilidades para establecer relaciones interpersonales y la participación en actividades sociales significativas.

Abordaje de la soledad: El abordaje de la soledad puede implicar una combinación de intervenciones a nivel individual, interpersonal y comunitario. Esto puede incluir desarrollar habilidades para establecer y mantener relaciones saludables, participar en actividades sociales y de comunidad, buscar apoyo emocional de amigos, familiares o profesionales de la salud mental, y trabajar en la construcción de una conexión más profunda consigo mismo.

 En resumen, la soledad es una experiencia compleja y multifacética que puede afectar significativamente la salud y el bienestar de las personas. Es importante reconocerla, comprender sus causas y efectos, y tomar medidas para abordarla de manera efectiva.

 


La envidia

La felicidad ajena, los bienes materiales, el estilo, la belleza, las condiciones económicas, la familia, las cualidades, la salud, la suerte, las creencias, las habilidades sociales… Hace que nos veamos a nosotros mismos inferiores y que ese sentimiento se vaya ampliando. Y ahora esta muy en auge las redes que todo el mundo quiere hacer lo que ve, vendiendo su alma al diablo si hiciera falta, yendo de tras de cosas por encima de sus posibilidades sin utilizar la coherencia

Nos afecta en otras áreas que no tienen nada que ver, llegando incluso a bloquearnos o encerrarnos en nosotros mismos negativamente, cuanto  menos te distraiga eso de tu  vida mejor, disfruta de quien eres y con cosas productiva

 

Para dejar la envidia de lado lo esencial es reconocer cuando ésta aparece y, sobre todo, para darle un estado temporal en nuestro día a día. «Cuanto menos nos ocupe, si pueden ser décimas de segundo, mejor. Reconocer que se tiene envidia duele en el alma pero si entendemos que es un sentimiento humano , va a ser mucho más fácil y vamos a dotarle de razón del por qué se tiene ese sentimiento», plantea la especialista.

 

Una vez reconocida debemos dejar de mirar tanto a nuestro alrededor y empezar a mirar más a nuestro interior, ya que la envidia provoca mucha insatisfacción. Seguro que tenemos grandes cualidades y capacidades, pero tenemos que sacarlas a la luz. Si vivimos en la frustración continua nunca vamos a poder sacar toda esa potencialidad que se tiene como ser humano, no todo el mundo tenemos las mismas competencias y hemos de pensar y meditar qué es lo que puedo ofrecer al mundo.


¿Qué es el techo de cristal y porque sucede?

El "techo de cristal" es una metáfora que se utiliza para describir la barrera invisible que enfrentan las mujeres y otras personas pertenecientes a grupos subrepresentados en su ascenso hacia posiciones de liderazgo en el ámbito laboral o en la sociedad en general. Esta metáfora sugiere que, aunque las mujeres puedan avanzar en sus carreras hasta cierto punto, a menudo encuentran dificultades para alcanzar los niveles más altos de autoridad y responsabilidad.

El fenómeno del techo de cristal sucede por una combinación de factores, que pueden incluir sesgos de género arraigados, expectativas sociales tradicionales, roles de género estereotipados, falta de redes de apoyo y oportunidades desiguales de desarrollo profesional. Aunque cada vez más organizaciones están adoptando medidas para promover la diversidad e inclusión y abordar estos problemas, el techo de cristal sigue siendo una realidad en muchos entornos laborales y sociales.


¿Qué es la ley del espejo? ¿Cómo aprender de ella?

La "Ley del Espejo" es una idea que sugiere que nuestras interacciones con los demás reflejan nuestras propias creencias, actitudes y comportamientos. En otras palabras, lo que vemos en los demás, ya sea positivo o negativo, puede ser un reflejo de aspectos de nosotros mismos. Esta idea se deriva del concepto de proyección psicológica, que es cuando atribuimos nuestras propias características, tanto positivas como negativas, a otras personas. Aprender de la Ley del Espejo implica ser consciente de nuestras propias reacciones y percepciones hacia los demás y reflexionar sobre lo que esas reacciones pueden decir sobre nosotros mismos. Aquí hay algunas formas de aprender de la Ley del Espejo: Autoconocimiento: Observa tus reacciones hacia los demás y reflexiona sobre qué aspectos de tu propia personalidad o experiencia pueden estar influyendo en esas reacciones. ¿Qué te molesta de los demás? ¿Qué admiras en ellos? Estas respuestas pueden revelar mucho sobre tus propias creencias y valores.

Autocrítica constructiva: Utiliza las interacciones con los demás como oportunidades para aprender sobre ti mismo. Si te encuentras criticando a alguien por algo, pregúntate si esa crítica también se aplica a ti de alguna manera. ¿Qué puedes aprender de eso para mejorar como persona?

Empatía: Reconoce que los demás también están sujetos a la Ley del Espejo y que sus reacciones hacia ti pueden reflejar sus propias experiencias y perspectivas. Practica la empatía al tratar de comprender su punto de vista y cómo podrían estar sintiéndose.

Crecimiento personal: Utiliza la retroalimentación que recibes de tus interacciones con los demás como una oportunidad para crecer y desarrollarte como individuo. Aprende de las experiencias, tanto positivas como negativas, y trabaja en áreas en las que sientas que puedes mejorar.

En resumen, aprender de la Ley del Espejo implica ser consciente de cómo nuestras interacciones con los demás reflejan aspectos de nosotros mismos y utilizar esas reflexiones para crecer y desarrollarnos personalmente.